El enfoque de esta época del año
El bombardeo de publicidad y “ofertas irrepetibles”, tampoco nos ayuda a mantener la cordura y a no olvidar que la vida es cada día y lo que hacemos de él. Estas fiestas, son sólo una más de las ocasiones para tener presente lo importante, para ser conscientes y agradecer qué y quién, nos aporta y enriquece realmente. ¿Lo que nos falta?, quizás no lo necesitamos y es el universo que nos está dando pistas, o si de verdad es para nosotros, lo más probable es que llegue en su momento, si hacemos el camino con el convencimiento de que se dará.
Momentos importantes
Hace ya bastante tiempo que estos pensamientos, empezaron a rondar mi cabeza, diría que se hicieron imposibles de obviar, cuando la idea de tener a mis niños fue firme. Algo le pasó a mi enfoque y escala de la vida. La importancia del momento, el compartir por encima de los objetos vacíos, la conciencia de que cada día es un regalo, el agradecimiento de estar viva, de pertenecer a una naturaleza milagrosa y el placer de cuidarla y cuidarnos. Es cierto que el mundo es muy grande y nosotros más pequeños que una hormiga, pero ¿te has fijado en lo que es capaz de hacer una hormiga?. Si cada uno promueve y realiza cambios en su mundo, el conjunto se beneficiará de ellos. Siempre digo que pequeños cambios, hacen grandes diferencias, y no es unicamente una frase hecha, el efecto dominó, también ocurre con lo bueno.
En todo esto, los niños son unos maestros, ellos nacen con un máster en lo que es importante y más valioso. Hemos de tener nuestros sentidos listos y atentos para empaparnos de su conocimiento, antes de que el marketing consiga que desarrollen una cantidad ingente de necesidades que no lo son. Aunque nosotros no siempre lo recordemos, nada es comparable para ellos, a los momentos vividos juntos y las experiencias compartidas con sus seres especiales, por eso, lo reciben como el mejor regalo. Tanto que creemos que nos necesitan y podemos enseñarles, y son ellos los sabios.
¡Hagamos un cambio! ¿Te apuntas a una Navidad diferente?
Toda esta reflexión, para apoyar y explicar una sugerencia, o idea, por si te apetece aplicarla esta Navidad; Pensemos primero en el recorrido que hará el objeto que compramos y cómo volverá a la Tierra. Acompañemos cada regalo, con algo de tiempo para completarlo y hacerlo verdaderamente inolvidable. ¿Qué tal si tiramos la casa por la ventana, preparamos algo juntos y te lo llevas y lo compartes con quien tu quieras?. ¿Se te antoja admirar una puesta de sol, acompañada de cosas ricas y saludables de comer, que nutran tu cuerpo y lo llenen de energía?, O a lo mejor te regalo tu música favorita y un abrazo sin fin, para ese momento, disfrutando del Astro Rey.
Aquí va otra posibilidad loca de verdad, ¿y si hacemos un obsequio al planeta, a ese hogar que nos cobija? Creo que le gustaría nuestro compromiso de usar sus recursos, sólo en la cantidad que necesitamos, de darle otra vida a lo que ya no usamos, y de ser conscientes al tomar nuestras decisiones, de que no lo tenemos en propiedad y el depósito por negligencia, es incalculable.
Bueno, son algunas de las opciones posibles, pero seguro que tú puedes encontrar muchas más. Yo por mi parte, te dejo este “link sorpresa”, con mi deseo de que te contagie de esta “bioenergía navideña” y ponga a trabajar tu imaginación. Haz click en tu regalo.
Fuentes:
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